No es necesario enumerar los episodios que han afectado a la política nacional, sino ver el claro efecto de la falta de credibilidad del ciudadano que cada vez se ve más paralelo y lejano del mundo político. Es por ello que han crecido nuevos proyectos de conglomerados políticos que intentan tener una identidad más ciudadana, siendo más transparentes con el pueblo y haciéndolos partícipes en la toma de decisiones.
Sin duda, la ciudadanía hoy confía más en las personas por sus aptitudes como individuo que por pertenecer a un partido; también, sin duda, nuestro sistema de partidos políticos y sistema electoral empujan a algunos personajes a militar en un partido después de hacer la suma y resta, considerándolo apenas un medio para ganar una elección. Esto, desde algún punto de vista, puede ser válido, de acuerdo a la estrategia, pero no es el mejor camino y lo que definitivamente no tiene validez es olvidarse de la gente que votó por él. Eso es lo que hoy pasa.
Grandes partidos en Chile han perdido ese símbolo tan importante como es la identidad, que es fortalecer al país y ayudar a su gente. Esto no es una crítica simple: es recordar que debemos seguir trabajando por nuestras comunas, provincias y regiones. Claramente necesitamos volver a conquistar las bases históricas y encantar a los jóvenes, quienes son el futuro de nuestro país, definir lineamientos y ordenarse en una postura ideológica clara como conglomerados.
Chile avanza y, con ese avance, los partidos deben renovarse en ideas y saber que hoy vivimos en el año 2019. Todos buscamos y queremos un país más democrático, limpio y transparente, pero para eso todos debemos aportar desde las ideas, hasta que tome forma en un futuro marco legal que sirva para ayudar a crecer a Chile.
Lo verdaderamente importante es trabajar con el fin de seguir manteniendo la estabilidad como nación, donde las peleas de algunos sólo perjudican a los más necesitados.
Debemos hacer política cercana y directa, donde jamás se pierda lo hermoso y el valor de esa forma de relacionarse con la gente. No perdamos el norte, ese norte del debate ideológico que debe tener cada partido de manera interna pero también haciendo participar a la ciudadanía, trabajar en la renovación de ideas y de liderazgos.
Uno de los problemas más grandes que hoy tenemos es eso, que muchos se han quedado en el pasado en diversos temas y debemos progresar e innovar, abrir los partidos a la gente y que conozcan de cerca las estructuras, sus programas, principios, desafíos, aceptar críticas de nuestros electores y que sean tomadas en cuenta.
Que de una vez por todas nos demos cuenta que la preocupación parte por nosotros y que el peor error es alejarse de quienes tienen el verdadero poder de decisión… ¡la ciudadanía! Es así como la identidad se pierde, cuando aparecen otros intereses por sobre lo que realmente importa (la gente). Logrando ese balance, autocrítica, preocupación e interés nuevamente podremos enfrentar los desafíos que Chile necesita en la actualidad.
En lo personal, pertenezco a un partido y me siento feliz de poder hacer política desde ese espacio que he ganado con trabajo y dedicación hacia nuestra gente, porque nunca olvido a quienes me han enseñado y, por sobre todo, a quienes me apoyan día a día.
No olvidemos lo más importante de esto… el amor por lo que hacemos, y seguir creciendo como país. ¡Viva la democracia y la renovación de rostros!
José Ignacio Avello es magíster (c) en Ciencias Políticas y Comunicaciones
En un nuevo Alejandrario, Alejandro Félix de Souza repasa las virtudes de la moral kantiana…
“Se requiere que la derecha ordene sus liderazgos, construya unidad y claridad de quienes integran…
La historia no se repite, y las supuestas repeticiones son una caricatura, un remedo, dice…
El académico Fernando de la Cuadra analiza la trama bolsonarista detrás el atentado a la…
Joaquín Mora Valles fue uno de los 13 competidores chilenos en el Mundial de Ajedrez,…
Es probable que el triunfo de Trump sea la escritura en la pared de la…