Por Alvaro Medina Jara.- Más de 150 trabajos recogió la Alianza de Investigadores Internacionales (ALININ) como parte de una convocatoria orientada a analizar cómo ha afectado a las sociedades la pandemia de COVID-19, en todos los ámbitos. El resultado es un libro titulado “Impactos del COVID-19 desde la perspectiva socioeconómica en el contexto global”, una publicación que recoge las evaluaciones de académicos y científicos de diversas disciplinas, y que interpreta los diferentes escenarios de cambio en nuestras vidas debido al confinamiento prolongado, a la crisis económica resultante, y a los nuevos medios de relación y comunicación que se han instalado en nuestras prácticas cotidianas de familia y trabajo.
Para presentar el trabajo, conversaron con ElPensador.io la directora general de ALININ, doctora Yamarú Chirinos, y el coordinador de investigación en Chile, Rafael Paredes, quienes explican que la organización (que ya tiene 4 años de existencia), tiene un amplio cuerpo de investigadores de alto nivel, a la vanguardia y actualizados que organizó en marzo pasado el primer encuentro on line para analizar la pandemia, cuando ésta estaba recién empezando, y establecieron una metodología que posibilitaría el desarrollo serio de investigaciones, cuyo resultado se plasmó en el libro publicado.
Aquí, los académicos analizan algunas de las principales conclusiones en torno al impacto de la pandemia, en la economía, en la empresa, en la sociedad y en la composición de la familia.
– Uno de los primeros temas que se establece tiene que ver con los cambios y el impacto de la pandemia en el comercio internacional, pensando en que en medio de una pandemia las fronteras se cierran, hay un mayor sentimiento de protección nacional… ¿cómo se ha manifestado eso en el comercio internacional, en las barreras arancelarias, de acuerdo con los trabajos que han recibido?
YCH: Las mediaciones virtuales han sido importantes en este desarrollo y en toda esta creación, porque así le hemos denominado. Hemos sido pioneros. Cuando la pandemia fue declarada nosotros como alianza tomamos la batuta a nivel de Latinoamérica y el mundo y fuimos los primeros en sacar un evento de esta magnitud. Nos decían que era prematuro, pero estamos seguros de los investigadores que tenemos. Cobra vigencia el e-commerce, ahora todas las compras son electrónicas. Tenemos situaciones país… las crisis siempre están presentes, pero en este momento no es tanto una crisis sino llamarlo incertidumbre y caos. Porque esto ha generado una descomposición, una desorganización de lo que pensábamos que estaba organizado. Se han tomado acciones y previsiones que en muchos casos no han sido suficientes. Las fronteras son de los territorios, pero con el e-commerce no han fronteras. Hay muchas transacciones que no se pueden hacer. Tenemos muy vigentes los casos de Venezuela y Cuba que tienen barreras que se han incrementado más, la recepción de medicamentos y alimentos, de productos de necesidad básica que necesita el pueblo, pero es producto de las barreras y obstáculos que se presentan para poder comprar y vender, exportar, algún bien de consumo masivo que puedan tener. En estos momentos hay países que están viviendo mucha escasez. De hecho Colombia está viviendo problemas de escasez de medicamentos en las unidades de cuidados intensivos y eso se debe a que los países que los tienen necesitan resguardar su sociedad y se hace más compleja la incertidumbre y caos que se vive, con las barreras aduaneras, con políticas de cada uno de los países. Yo siempre digo que en la unión está la fuerza y esto nos ha demostrado a todos los países del mundo que tenemos que unirnos para trabajar en cooperación y colaboración. Esto no quiere decir que vas a dejar a tu pueblo desprotegido por ayudar al otro. No, hay que se equilibrado, medido, y tener sistemas de seguridad alimentaria, que en muchos casos no se han sabido administrar. Se agudiza esta situación con la pandemia y eso ha interferido en tener tranquilidad y seguridad en los bienes de necesidad y crecimiento para los países. Nuestros investigadores han explorado y pudieron escribir al respecto, sin que el impacto estuviera tan profundo como en estos momentos.
– ¿Y lo que estamos viendo hoy día es más desarrollo de las economías locales en desmedro del comercio internacional? ¿Específicamente en América?
YCH: Se ve mayor impacto en ese intercambio comercial a través de las compras electrónicas. En este momento estamos comprando mucho más intangibles, más de los que comprábamos en 2019, y en ese año ya se hablaba de que estábamos consumiendo intangibles. Hoy día hemos demostrado que se puede comprar intangibles y que es un consumo muy grande que genera impacto en las economías locales…
– ¿Con intangibles se refiere a servicios, clases on line, asesorías?…
YCH: Si, estamos consumiendo mucha educación, entretenimiento, arte, cultura… porque esta situación de distanciamiento social y confinamiento trajo como consecuencia el consumo de intangibles, porque los seres humanos somos socialmente comunicativos, emprendedores… siempre tenemos que buscar la forma de satisfacer nuestras necesidades, y en este momento estamos usando la innovación y la tecnología para satisfacer nuestras necesidades. No es un secreto que puedo comprar un curso on line de inglés directamente a GB, EEUU. De hecho, nosotros hemos tenido conferencistas de esos países, hemos dictado cursos de redacción de artículos científicos, por ejemplo, con una profesora que está en los Estados Unidos. Y les hemos pagado su salario desde acá. No es imposible, es una realidad, una realidad que no queríamos ver. Antes les pedíamos a las universidades que nos dieran un espacio para explicar lo que somos a través de mediaciones virtuales, pero nos decían que no, que no era fácil.. Hoy cobra vigencia ese discurso nuestro, porque hemos llegado a muchas partes del mundo a través de las mediaciones virtuales. Las mediaciones virtuales han abierto una puerta, una ventana al mundo, nos hemos dado cuenta de que la globalización no es solo un papel, es real. El mundo está en nuestras manos. Pero ahora hay que mirar cómo podemos llevar ese mundo en nuestras manos de la mejor manera posible, con responsabilidad social y con prudencia, sin dañar al otro. Esas cosas son las que ahora vienen después de la pandemia. Esto del consumo masivo por la virtualidad es una realidad y ya se venía trabajando pero no con tanto arraigo como en este momento. Hay emprendedores que me han dicho que han vendido más en pandemia de lo que vendíamos antes. No tiene todavía el mismo impacto, porque la situación económica es totalmente anormal, pero sí se han organizado y han continuado sobreviviendo.
– Rafael, ¿cómo ha sido el impacto en las empresas, en su forma de organizarse, en su gestión organizacional y de desempeño?
RP: Si, yo tengo una apreciación bien especial, en el sentido de que he visualizado por mucho tiempo, por lo menos a nivel local que las pequeñas y medianas empresas en Chile tienen una falencia en términos de gestión. Al parecer eso no solo está explicado por la formación y experiencia tanto laboral como internacional que pueden tener los gobiernos corporativos de estas empresas, sino también por una cuestión cultural a nivel local. He entrevistado a directivos de empresas en Chile y pareciera que nunca han aterrizado estos temas, nunca han definido indicadores de gestión que puedan ser entendibles y manejables por todos los funcionarios de estas organizaciones, a pesar de que tienden a tener en este nivel una orientación más bien familiar, donde se trabaja mucho con el consentimiento, con la responsabilidad, con la confianza de que nadie va a hacer un fraude, por ejemplo, entonces hay mucha confianza. Entonces lamentablemente las empresas no están definiendo parámetros para medir el rendimiento. Yo les preguntaba cómo podían medir el rendimiento de su negocio si tienen a la mitad de sus trabajadores o colaboradores en sus casas trabajando. Muchos decían que confiaban en la gestión de su sobrino o de sus hermanos… No han hecho ninguna adaptación. Yo he impulsado que se deben preocupar de estas materias. Por ejemplo, una herramienta clásica, el cuadro de mando integral, que crearon en su momento Norton y Kaplan, para muchas empresas es chino mandarín. Explicándoles su importancia, ellos empiezan a entender. Siempre en esas empresas (pequeñas y medianas) a lo menos una persona tiene preparación universitaria, y eso ayuda bastante, pero en general no hacen un trabajo para medir el rendimiento. No tienen claro cómo evaluar al personal, definir las compensaciones y beneficios. Y ahora con un componente adiciona… tienen a la gente trabajando desde sus casas. No es que no comparta que uno confíe, pero hay que evaluar, hay que medir, si no se hace, no se puede mejorar la gestión de la organización. Partiendo de esto en Alinin me invitaron a hacer un artículo sobre el impacto del coronavirus. Revisé material muy preliminar todavía porque nadie estaba realmente preparado para pronunciarse sobre esta materia. Fue bastante complejo. Tratamos de asociar y alinear, juntando mundo, el de la ciencia, de la economía, de la administración, de la medicina. La última publicación ha tenido retornos muy interesantes. La gente necesita más información.
– En la empresa y en la sociedad… ¿las desigualdades son mayores ahora? Pensando en que antes teníamos desigualdades teníamos desigualdades por distribución de la riqueza… pero ahora también hay desigualdades por el acceso a la tecnología para conectarse para trabajar on line o servicios e intangibles on line, y aunque tuvieran, hay segmentos que son analfabetos digitales. ¿Cómo ven esta desigualdad en este mundo post pandemia?
RP: Esto de la desigualdad es transversal y se ve mucho en las universidades. Es un factor que sigue presente y al parecer la temática más evidente es la que se relaciona con los recursos tecnológicos y el conocimiento. Desde los recursos, hay muchas empresas no pueden hacer labores propias del cargo porque no tienen un computador. Eso para empezar. A veces, les tenían un computador en la oficina, pero no una laptop. Y luego viene la dificultad de no tener personal de soporte que pueda hacer las instalaciones en las casas de los colaboradores. Y ante eso muchas pequeñas y medianas empresas, tiene al personal con turnos de 3 x 2, sacándole el jugo con más de 45 horas semanales, lo que ha incrementado el nivel de estrés, aumenta la tensión, que se incrementa porque no hay un sistema de medición y no se aterrizan las metas, por lo que muchos trabajan como en el aire. Por otro lado el conocimiento es una brecha presente a nivel local, no todos tienen internet, no todos tienen wifi. Todos tienen un celular, pero si nos vamos a las competencias digitales, las personas que quieren tener alguna actividad laboral, no saben conectar el celular, cosas tan domésticas como esas. Esas son las grandes falencias que tenemos a nivel local. Está bastante marcado la diferencias entre los milenials y los centenials. De centenial para abajo, soplados, nacieron con el celular en la mano. Muchos de ellos dan soporte a sus familiares para conectar sus equipos. Esta desigualdad está presente, porque las organizaciones siempre han estado orientadas a vender y nunca pensaron que se nos podía venir un fenómeno como el que estamos pasando. Lo que sí me llama la atención es que muchos directivos están pensamiento mucho en el concepto de riesgo. Están tratando de hacer levantamiento de los riesgos comunes, matrices de riesgos, mitigar aquellos que se presenten en los próximos años. Tienen que tratar de implementar todos los planes de acción posibles, y considerar la desigualdad de los recursos tecnológicos y operativos.
YCH: La desigualdad no es nueva. Ahora está más visible porque la pandemia nos ha llevado a cambiar nuestra forma de vida, nuestra dinámica de trabajo y social. Vamos a tener una nueva realidad y tenemos que adaptarnos. Miro con preocupación que no solo en Chile, en Colombia también, hay mucha desigualdad que se ha puesto al descubierto. Es una deuda que tienen todos los países, los líderes de Estado. Ha quedado al descubierto el abandono en muchas comunidades en muchas naciones, las más alejadas son las que más sufren. Las políticas públicas son fundamentales para ir cerrando estas brechas, la conciencia del uso y abuso del poder. El poder se hizo para solventar situaciones, y darle un uso adecuado según los principios de la racionalidad humanidad. El poder no se hizo para destruir y corromper a la humanidad . Las políticas públicas no pueden seguir haciéndose dentro de una caja negra. Esta situación de pandemia nos ha demostrado que las políticas públicas deben ser del pueblo, para el pueblo y nacidas desde el mismo clamor del pueblo, para que puedan ir cerrándose todas estas brechas, tecnológicas, de innovación de conocimiento… Cómo es posible que muchos de nuestros niños, digamos del Amazonas colombiano, por ejemplo, no tenga forma de recibir sus clases porque no tienen forma de conexión a internet. Hay una falla gigantesca en educación, en crecimiento económico. Los trabajadores no todos tienen equipos electrónicos, computadores, wifi, para darle respuesta a un patrono. Pero las políticas públicas que han surgido en pandemia son para beneficiar al empresario y no al empleado. ¿El empleado tiene que adecuar y hacer crecer la empresa sin tener las herramientas? Hay que hacer ese tipo de reflexiones. Yo, como empleada, puedo sentirme identificada con la institución, con la empresa, que es fundamentales como organización. Pero cómo hago yo si el patrono me envía a trabajar a casa, y no tengo un computador, no tengo wifi y además el sueldo no me alcanza para pagar servicios. Cómo es que yo le tengo que responder al patrono, porque si no me quedo sin empleo y quedo peor. Dónde está el Estado que tiene que crear políticas públicas ajustadas a una realidad, y no ajustadas a la solicitud de unos cuantos. Son cosas que tenemos que promover, una justicia social. Toda nuestra Latinoamérica necesita una justicia social para ir mitigar e ir cerrando tanta brecha en cuanto a la desigualdad que existe en nuestros países. La clave del éxito está en el razonamiento lógico, con ética, de los líderes de Estado y poder implementar justicia social que realmente vaya en beneficio del clamor del pueblo y unas políticas públicas que emerjan del pueblo y que conduzcan a un desarrollo sostenible de las naciones.
– En otros impactos analizados en el libro, quería preguntarles por la socialización. Sobre todo en la conformación de la familia, en la socialización de los más jóvenes. ¿Cómo ven este impacto especialmente en la constitución de la familia?
YCH: Realmente es una pregunta importante y compleja, como para dar un análisis a la situación social que vivimos. La etapa de confinamiento total fue muy difícil porque tener a los niños en casa solamente con papá y mamá, y ellos atendiendo trabajo, hogar, niños y siendo los maestros de los niños. Esto ha permitido un vínculo afectivo más profundo entre los niños y sus padres. Pero hasta dónde eso puede ser positivo 100%, porque el ser humano necesita la relación con otros para poder intercambiar conocimientos, para conocer el mundo. Son los primeros años en que se adquiere conocimiento del mundo, adquieres aprendizaje, formas de conducirte. Si bien es cierto es en el seno de la familia donde se aprenden los valores y la integridad del ser humano, pero eso debe llevarlo el niño a una dinámica de movimiento, de compartir con los otros, porque ahí es donde está la clave del conocimiento, de la adquisición del aprendizaje. Ninguna familia es perfecta, pero hay algunas con situaciones muy profundas, de relaciones propias, que a veces en vez de llenar al niño con acciones positivas, lo llena de acciones negativas. Debe existir un equilibrio para poder mantener la cordura dentro de la familia. Están saliendo actualmente los estudios de todas las afectaciones emocionales que estamos teniendo dentro del núcleo familiar, y más aún en aquellas familias donde hay problemas de drogadicción, de alcoholismo, de no entendimiento, donde no hay comprensión mutua, donde han salido divorcios, donde hay maltrato a la mujer, a los niños. Las salidas sociales, que los niños vayan a la escuela, era un escape de aquel mundo. Ningún niño va a salir de este entorno a vivir la normalidad que vivíamos antes, no, esto cambió, vamos a salir con muchas afectaciones emocionales, vamos a mirar cómo orientar a los niños a la nueva realidad, a una nueva forma de compartir y convivir. Por ejemplo, le estamos enseñando al niño que debe lavarse las manos cada tres horas. Ese niño saldrá a la calle con ese hábito e imagínate el desespero porque ya su reloj mental le ha dicho que se tiene que lavar las manos… Es una forma diferente de vida que no teníamos antes…
– Una neurosis que no teníamos antes.
YCH: Exactamente… Son cosas como esas, que son apenas la punta del iceberg de lo que puede reflejar un niño cuando vaya nuevamente a relacionarse. La forma de relacionarse no se puede decir cómo será porque la desconocemos totalmente, hasta que esto no pase. Si nosotros como adultos no sabemos cómo relacionarnos ante un encuentro social… Yo he salido dos o tres veces, por fallecimientos por covid… por ejemplo en la Iglesia, la forma de estar ahí es totalmente distinta. Es mirar a mi familia y no poderla abrazar. Imagínate la influencia en un niño… La contradicción de si lo saludo o no, si le doy la mano o no, si lo abrazo o no lo abrazo. Esas cosas que formaban parte de lo que somos los latinos. Los latinos somos de abrazo, de beso de sentirnos…
– Y ahora somos de miedo…
YCH: A eso iba… ahora de miedo, de una incertidumbre interna, de no saber si te puedo abrazar o no. Cómo le transmites esa incertidumbre a un niño. Les enseñamos desde pequeños que el besito, el abracito, y ahora cambiarles el chip totalmente. Ni siquiera imagino cómo será cuando nos juntamos todos nuevamente, por ejemplo, en la universidad, en el prescolar… Esos temas de análisis sería genial que nosotros desde Alinin – me has dado una gran idea – poder analizarlos, traer hasta nosotros especialistas del comportamiento humano para que nos puedan orientar.
– ¿Y cómo impacta en la familia? Antes teníamos momentos familiares porque no nos veíamos en el día. Ahora que nos vemos todo el día, se diluyen los momentos familiares. Estamos todo el día juntos. Teng la sensación de que puede ser contraproducente en términos de la estructura familiar. ¿Cuál es su percepción de esto?
YCH: Yo siempre he manejado los espacios que dices como una integración familiar. Siempre, desde pequeños, les he dicho a mis hijos que vamos a nuestros espacios de integración familiar: el desayuno, cuando podía venir a almorzar a casa, o en la cena. Eso es sagrado para nosotros. Ahora mi hija de 15 años me dice que vivimos en una “híper y súper” integración familiar, continuamente, cuándo va a terminar la “híper-súper” integración. Es difícil, por ejemplo que no puede ir a la fiesta de 15 años de su amiga o que debe ponerse la mascarilla y la careta (pantalla). Ella me dice, porqué no me pones un traje de astronauta. Es contraproducente. Las reflexiones de mi hija… que no la dejo manifestar la libre expresión de su personalidad, porque no puede dejar de abrazar a sus amigas.. pero no soy yo, sino el miedo que nos tiene aterrorizados. Y esto le pasa a todo el mundo. Tú quisieras meter a tus hijos en una caja de cristal, para que no se vaya a enfermar con este virus. Si, esto es contraproducente y lo es también que ellos no puedan tener este intercambio social. Al interior de muchas familias está pasando que todos están hundidos en el mundo tecnológico, cada uno en su computador, en el teléfono, y el mundo real no existe. Yo le pregunto a mi hijo de 18 años que ya terminó su semestre… por qué no haces otras cosa, y el responde: dime qué, qué más voy a hacer, dormir y jugar en el computador. Están todos sumergidos en el mundo de la tecnología, y los juegos en línea y las redes sociales. Y eso ha atrapado a nuestros niños y nuestras familias. Y tenemos que tratar de rescatarlos de ese mundo tecnológico y traerlos a este mundo real, entre nosotros. Es obligarlos… mira la palabra… obligarlos a hacer la integración familiar. En una conversación con un colega de México que también tiene un hijo de 18, me decía que lo deja dormir y levantarse cuanto quiere. Me digo, ¿llegaré yo a hacer lo mismo?
RP: Es complejo. Como sociedad vamos a tener que abordar una especie de herencia, que la están absorbiendo los más jóvenes. Ellos van a ser el futuro, la mano de obra de las empresas y esto trae cambios que van a tener que saber administrar los directivos. Esto no va a ser fácil. Para nada. Veo tres tipos de impactos: impacto en la empresa, impacto en la sociedad, impacto sicológico. En la primera, las relaciones del personal, de los equipos de trabajo, poder cumplir con las tareas con los plazos… eso va a ser complejo, porque la excusa va a ser siempre: 1) no tengo tiempo; 2) es posible que esté con licencia; 3) me estás exigiendo, pero paso 3 días en la oficina, dos días en la casa, y el trayecto no lo estás considerando. El personal, no sé si va a estar pensando en hacer carrera. Las empresas están pensando en sobrevivir, en poder vender, en tener una buena liquidez, tener financiamiento para e largo plazo y no van a estar poniendo el foco en desarrollar el capital humano. Esto va a traer también consigo que las nuevas generaciones, como no van a tener tantas habilidades blandas, eso es así, les cuesta porque pasan todo el día pegados al celular. Con esto, lo que se va a visualizar en la empresa es que no respetan la autoridad. Los jóvenes están más preocupados de los derechos que de las obligaciones. Uno lo puede ver más allá de la empresa, a nivel social también. Temas como que van a exigir que se implemente la flexibilidad laboral, porque llegó para quedarse. Es un tema que las empresas van a tener que analizar y digerir, independiente de que en el directorio esté repleto de personas sobre los 60 años que no entenderán esto. Ellos creen que las personas en su casa van a sacar la vuelta, que no van a cumplir con las tareas encomendadas. Eso va a traer mucho impacto a nivel empresarial. Los equipos de RRHH van a tener que hacer un trabajo sólido para retener al personal. Los más jóvenes, si les sale una buena oferta, se cambian, y es lógico, y es parte de las reglas del juego, pero ya no existe eso de que las personas hagan carrera. Eso ya es parte del pasado. Desde los impactos sociales, las nuevas generaciones van a ser mucho más frías. Claramente eso de ser cálido, como característica propia del latino, como decía la doctora, es algo que se está perdiendo y es cosa de salir. Nadie se saluda, aunque sea un vecino. Me llama la atención también el abuso de las aplicaciones: la gente está dependiendo de las aplicaciones que de las relaciones interpersonales, que se basan en lo on line. Así va a ser el 24 de diciembre, el Año Nuevo. Ese instinto de socializar, de abrazarse, de compartir, de reflexionar, de preguntarle al de al lado cómo te ha ido, esas cosas se están perdiendo. Esa será una herencia que tener que saber asumir y administrar y ahí va estar el problema. Por que yo no sé si los próximos líderes se estén preocupando de esas materias. Y en los impactos sicológicos, me llama la atención, sin ser experto en la materia, los índices de depresión están subiendo hasta la nubes, el insomnio, el nivel de estrés. Hay muchos impactos a nivel social y empresarial que vamos a tener que asumir. A nivel país no sé si estamos preparados.