Sr. Director:
El reciente anuncio sobre los cambios en el plan Paso a Paso, sin duda que para muchos se trata de una buena noticia. Mayores libertades de traslados, posibilidades de reencontrarnos con nuestros seres queridos; un impulso a pymes, al comercio en general, el retorno a clases y en algunos casos al trabajo presencial, parece ser a todas luces, una buena noticia para quienes ya no están en cuarentena y cuentan con sus pases de movilidad
No obstante, y sin afán de ser alarmista, no hay que perder de vista que la pandemia no ha terminado. Por el contrario, el Covid se encarga, día a día, de recordarnos que hay mutaciones y nuevas variantes que nos hacen febles como sociedad, haciendo cundir el sentimiento de desconfianza que, por cierto, ya habíamos acuñado como una constante desde el estallido social y un poco antes también.
Ese sentimiento de duda generalizado; de descrédito permanente ante decisiones de autoridades gubernamentales; de cuestionamiento a políticas como el “Paso a Paso” y sus aperturas; de repudio con razones obvias a las “inoculaciones privilegiadas”; de incredulidad ante la falta de prolijidad a la hora del inicio de la Convención Constituyente; de rechazo ante la falta de empatía de la clase empresarial y política; de irresponsabilidad y poco compromiso cívico de la ciudadanía ante desórdenes y desmanes, sumado a una crisis sanitaria inédita que ha puesto en tela de juicio al mundo entero, nos ha llevado a acrecentar dolores que en Chile creíamos superados, pero que la crisis sanitaria vino a coronar: la desconfianza generalizada está entre nosotros.
Y qué hacer entonces. ¿Cómo avanzar? La respuesta, tal como suele ser en estos casos, es mucho más compleja que la misma pregunta. Retomar la confianza, es tarea de todos. De derecha, de izquierda, de centro, de empresarios, de trabajadores, de médicos y de autoridades de gobierno. De vacunados una, dos (o tres veces) y de quienes aún no; de quiénes creen en el matrimonio igualitario y de quienes no. De quienes apoyan una nueva Constitución y de los que creen que no es necesario. De las pymes, de los grandes retailers, hoteleros, restaurantes, de los emprendedores, y de los que necesitan salir a trabajar por su sustento diario. De los trabajadores formales e informales.
Necesitamos volver a creer entre nosotros y para ello se necesita trabajar desde cero, con las reglas del juego claras desde el inicio. Con honestidad, aunque la verdad sea dura, responsabilidad y empatía. Caminando firmes, seguros y a un ritmo constante sobre la vereda de la probidad y el bien común.
Sólo así, pase lo que pase, termine o no la pandemia, cambiemos las fases, renombremos los pasos de las etapas sanitarias, se instaure una “nueva normalidad”, asuma un nuevo gobierno o enfrentemos nuevas crisis políticas, sociales o sanitarias, podremos mirar el presente y el futuro basados en la confianza que hemos construido juntos y comprometidos, para que la vida de las personas no se detenga.
Atentamente
Benjamín Lea -Plaza
Gerente general de FID Seguros Generales