La mascota de los juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023, Fíu, se robó todas las miradas en redes sociales y durante el desarrollo del evento deportivo, pero, ¿Cuáles son las claves para el éxito detrás de su creación? Ricardo Sierralta, publicista y académico de la Universidad Central, analiza el fenómeno y nos pistas para su fama.
Por Ricardo Sierralta – Se robó el corazón y las miradas de todos. Pequeño, colorido y tierno, así es Fíu, la mascota oficial de Santiago 2023 fue un éxito total, de popularidad y ventas. Nunca antes una mascota diseñada para un evento deportivo chileno había concitado tal atención y cercanía con deportistas y ciudadanía, por lo que es importante entender qué explica tal logro.
En la publicidad y el marketing actual se busca conectar con los públicos, generar experiencias y acercar las marcas a las personas. Es tanta la información que recibimos que muchas veces nos quedamos con débiles percepciones de los beneficios de algún producto o servicio y en un entorno dominado por la tecnología e Internet resulta un gran desafío comunicacional y creativo.
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Los elementos gráficos de una estrategia publicitaria son fundamentales para establecer esa conexión emocional que logre transmitir los valores de una marca, aquello que hace que ésta sea respetada, reconocida y valorada por todos.
Históricamente las mascotas de los eventos deportivos en Chile han tenido escasa repercusión o nulo efecto comunicacional porque son un elemento forzado tanto en su diseño como en su protagonismo. Se trata en su mayoría de antropomorfismos, o sea, figuras de animales con características humanas.
Por ejemplo, la actual mascota del Team Chile, Dupu, un pudú con brazos y piernas humanos. O de Zincha, el zorro culpeo con aspecto de futbolista, símbolo de la Copa América 2015, obtenida por primera vez por nuestro país. Y tienen esta misma configuración todas las mascotas elegidas para los anteriores juegos panamericanos. Pero ninguna tan honesta y sencilla como nuestro Fíu, un pájaro, muy diminuto y esquivo, que no cambió su morfología para parecer humano.
“Soy un pájaro Siete Colores, vivo en los humedales de Chile a lo largo de su territorio. Mis colores representan la diversidad de los seres humanos y sobre todo a los deportistas. Ser pequeño no es dificultad para dar mi mayor esfuerzo. Al igual que los deportistas, todos los días son un gran desafío. Mis colores significan: fuerza, constancia, respeto, determinación, honestidad, compañerismo y pasión”, dice la descripción de Fíu.
El creador de Fíu, Eduardo Cortés, con la colaboración de Katherine Castillo, ambos diseñadores, dieron origen a una mascota corporativa con un nivel de simplicidad nunca antes visto, que lo transformó en un ícono popular. Hasta su nombre es una onomatopeya de su silbido característico.
Menos, es más. Fíu mantiene su aspecto natural, no hay antropomorfismo, nadie duda que es un pájaro. Es lo que es. Pura autenticidad. Y esa es su principal virtud. Sus colores nos representan, su sencillez despierta simpatía y ternura. Todo lo que un buen branding de marca espera lograr: conectar con sus públicos.
Las consecuencias están a la vista. Versiones en peluche agotadas, dulces, tatuajes, fenómeno de las RRSS, fiumanía total que se espera prolongar en los parapanamericanos. Incluso se propuso como mascota del Ministerio del Deporte. Quizás Fíu, en último término, es todo aquello que nos vuelve a conectar con la naturaleza, tan frágil y amenazada en estos tiempos, como un símbolo de todo lo que debemos proteger y preservar para las futuras generaciones.