Por Guillermo Fuentes.- El proyecto de ley “Chao Dicom” o “borronazo”, establece que los responsables de los registros o bancos de datos personales que traten información de carácter económico, financiero, bancario o comercial, a que se refiere la ley sobre protección de la vida privada, no podrán comunicar respecto de las deudas vencidas inferiores a 2,5 millones por concepto de capital, excluyendo intereses, reajustes y gastos de cobranzas, y que se hayan hecho exigibles entre el 18 de octubre de 2019 y el 31 de mayo. El proyecto beneficiaría a unos cinco millones de personas.
El espíritu de esta ley es borrar ciertos registros comerciales de deudas impagas, pero, bajo ningún punto busca perdonar, eliminar o condonar las deudas; éstas persisten y deberán ser pagadas. Además, tampoco se eliminan todos los antecedentes comerciales, es decir, quienes hoy están en Dicom por deudas anteriores al 18 de octubre de 2019, van a continuar registrados.
Esta iniciativa permitirá que las personas puedan optar a nuevas oportunidades crediticias sin verse discriminados por entidades financieras o comerciales. Sin embargo, es muy importante mantener el control y educación financiera. Si bien se abren nuevas oportunidades de créditos y eventualmente capital de trabajo para financiar proyectos de emprendimientos, también aparecen espacios para aumentar el endeudamiento que podría llegar a niveles críticos e insostenibles.
Entonces, el consejo es actuar con responsabilidad financiera y evitar que este proyecto de ley transforme la oportunidad de nuevos créditos en pan para hoy y el sobreendeudamiento en hambre para mañana.
Guillermo Fuentes es director de la carrera de Ingeniería en Administración de Empresas de la Universidad Central