Por ElPensador.io.- “Los diagnósticos advierten que la ley es incapaz de controlar la corrupción, que los órganos representativos no se fiscalizan debidamente entre ellos, y que las elecciones no aseguran la representación y el ‘buen gobierno’, exhibiendo una tendencia estructural a la oligarquización del poder”. Ese es el problema detectado por la Iniciativa Popular de Ley N° 17.274 orientada a “Mecanismos de participación popular, de los pueblos indígenas y el pueblo tribal afrodescendiente.
La idea, explica la propuesta es que “las comunidades ejerzan poder político directo, mientras los representantes gobiernan las comunidades fiscalizan y mandatan” y señala que la nueva constitución debería contemplar “un artículo que establezca el derecho colectivo a la participación popular que considere las atribuciones de fiscalizar a los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y plantear iniciativas populares de ley desde las Redes de Cabildos Autónomos Deliberativos Vinculantes”.
Según esta IPN -de autoría del Colectivo Cabildos Constituyentes-, es necesaria una “visión de Constitucionalismo Dinámico que incorpore la acción política popular en la estructura de gobierno… Se ejerce esta acción con auspicio estatal, respetando los derechos humanos y la naturaleza, desde las vivencias y experiencias de los pueblos que habitan Chile y el medioambiente que los sustenta. Así las comunidades serán actores políticos de su propio destino en lugar de meros espectadores-consumidores”.
Democracia directa, Democracia Plebeya
Una segunda propuesta del mismo Colectivo en similar dirección realizada por el mismo colectivo es la referida a la creación de “Mecanismos de participación popular, de los pueblos indígenas y el pueblo tribal afrodescendiente”, que está en el sistema con el N° 50.610.
Esta propuesta establece “que las personas comunes y corrientes, los pueblos y las comunidades, desde sus territorios y sabidurías, puedan ejercer el poder soberano a través de iniciativas populares que se voten en plebiscitos, para que así todas las personas puedan decidir y ejercer directamente el poder soberano. La potencialidad de establecer mecanismos de democracia directa que fomenten un poder popular organizado y deliberativo a nivel local, que permanezca en el tiempo, fiscalizador y generador de normas legales, le daría al sistema político las instancias necesarias para que se actualice el buen vivir de todos los pueblos y comunidades de una manera orgánica y descentralizada. Establecer mecanismos de iniciativa popular que fomenten la toma de decisiones deliberadas a nivel local nos haría tener una ciudadanía más informada e inteligente, y un gobierno más responsable y enfocado al buen vivir y la protección de la naturaleza”.
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