Por Hugo Covarrubias.- En esta era posmodernista una de las características es el hedonismo, el consumismo, la destrucción del discurso, las batallas biopolíticas y, sobre todo, la pérdida de identidad. Como parece ser una constante histórica, hoy la sociedad chilena se enfrenta la dicotomía entre lo “bueno o malo” o, viceversa, de lo “malo o lo bueno”. Tanto escoger bandos -como rotular qué es bueno o qué es malo-, dependerá de opciones morales e intereses de toda índole, tal como lo señala Sandel.
Al momento de tomar estas decisiones, vemos cómo las ideologías siguen captando a las personas y mantienen el control de sus cuerpos y mentes como lo definió el filósofo Michel Foucault. Al parecer, seguimos siendo seres pensados y no pensantes, el sistema hegemónico tiene siempre el poder de generar patrones culturales, políticos y económicos. Es en este escenario, donde los seres humanos no tenemos poder de elegir o es más bien, solo tenemos ilusiones de creer elegir nuestras elecciones. Lo que acarrea un ser humano centrado en sí mismo carente de identidad, libertad y dignidad.
Los medios de comunicación operan como el ojo del observador; es decir, manipulan y definen nuestros pensamientos. Según el lado en que estamos, las evidencias no son un factor determinante al momento de discriminar entre lo falso y lo real.
A pocas semanas del plebiscito de salida seguimos sin encontrarnos. Nuestra mirada sigue siendo cortoplacista e individualista. La “intelectualidad” se quedó callada o, peor aún, se atrincheró en sus posiciones y, en ocasiones, muchos a ciegas. De reflexión, poco; de solidaridad, nada; y de reconocimiento de la verdad en el otro, mucho menos.
Sin embargo, queda esperanza de que a un año de cumplir 50 años de una dictadura no sigamos sin mirarnos, no escribiendo discursos de separación y creyendo que los viejos textos aplican a los nuevos tiempos, en un Chile que se merece y se debe la oportunidad de sanar y crear un presente en común y un horizonte que le asegure sus derechos básicos a las nuevas generaciones.
Hugo Covarrubias es académico de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Central