ElPensador.io.- Una aguda ofensiva desarrolla el régimen de Nicolás Maduro contra la oposición buscando cerrar el parlamento democrático constituido a través de la Asamblea Nacional y continúa con la persecución de diputados de esa instancia.
Lo primero, mediante una acción política desarrollada por la Asamblea Constituyente, el congreso paralelo que lidera el segundo “hombre fuerte” venezolano, Diosdado Cabello, que quiere determinar la disolución a la Asamblea Nacional y convocar a nuevas elecciones legislativas, en una situación que puede escalar la crisis política.
«El Poder Constituyente Originario, nos reunimos donde y cuando queremos. Juanito alimaña si estas asustadito compra un perro«, agregó Cabello el domingo por la noche en un mensaje en su cuenta de Twitter al referirse a Juan Guaidó, líder de la oposición y jefe del parlamento opositor.
Guaidó dijo que si el oficialismo da ese paso «resultará una fase de conflictividad superior» en el país.
Las elecciones parlamentarias son cada cinco años y las próximas estarían previstas para diciembre de 2020. En 2015, la oposición se quedó con al menos 109 de los 167 escaños de la Asamblea Nacional, arrancándole al oficialismo el control legislativo por primera vez en 16 años.
Pero los representantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido de Nicolás Maduro, se retiraron de la Asamblea en 2017 y conformaron una constituyente.
Desde el año pasado y con mayor fuerza en 2019, el hostigamiento del oficialismo a los diputados opositores ha provocado que al menos 21 parlamentarios están ausentes de sus escaños por estar detenidos, salieron al exilio o se encuentran refugiados en embajadas.
Hoy, la persecución contra diputados opositores continúa a través de una orden del Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el régimen, que aprobó el allanamiento de la inmunidad parlamentaria de los diputados por José Guerra y Tomás Guanipa.