Por Carlos Vargas.- Me debo haber malacostumbrado a los thrillers con contenido, investigados, verosímiles. Dan Brown y hasta Stephen King parece que dejaron la vara muy alta, por nombrar un par.
Porque cuando pedí recomendaciones en la librería sobre algo interesante del mismo género, y me pasaron “El Psicoanalista” de John Katzenbach, yo venía con la impresión de que iba a ser algo parecido. Y no.
Debe ser uno de los libros de aventuras más fome que he leído. Una trama tan profundamente centrada en un solo personaje y su eterno soliloquio, con antagonistas irreales y caricaturizados, sicópatas sin fundamentos, una persecución y destrucción de vida sin ningún sentido, y una venganza ilusa.
La prosa de Katzenbach, más encima, es pobre, carente de lírica, con un uso de metáforas urbanas que a ratos recuerdan a Arjona, y eso ya es decir mucho.
El tejido de su historia bien podría dar para un nuevo género: el “thriller” del absurdo, porque la trama y el desarrollo de su argumento no tienen lógica.
Claramente el autor escribió pensando en el cine, y es probable que llegue alguna vez a las pantallas. Me lo imagino como un drama de misterio protagonizado por Bruce Willis, especial para este tipo de rol por su cara eterna de circunstancia… aunque no, él ya hizo el papel de sicólogo una vez en Sexto Sentido, y fue un buen papel. Sería una película con unos primeros planos eternos y con cara de angustia permanente en el protagonista.
En verdad, para plantear un drama kafkiano, me quedo con Kafka.
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